Comprar en Gran Canaria no tiene precio

No se separe de nosotros durante los próximos párrafos. Le vamos a guiar línea a línea por las principales áreas comerciales de Gran Canaria, a esos lugares donde los deseos propios y ajenos se hacen realidad. La Isla, como bien sabe, es muchas cosas. También un  extraordinario escaparate donde caben casi todas las maravillas que pueda imaginar. Entonces, ¿nos vamos hoy de ‘shopping’?

Si levanta la vista justo ahora comprobará cómo se levantan a ambos lados edificios históricos que acogen todo tipo de tiendas. Sí, hay mucha gente. Es normal. Se trata de una de las arterias principales de Las Palmas de Gran Canaria: la calle Triana. Esta vía es el corazón de una trama de calles repletas de negocios y restaurantes que compiten en buen gusto, como si el espíritu de París hubiera sobrevolado el Atlántico para posarse en esta zona de la ciudad situada entre el Parque de San Telmo y el barrio fundacional de Vegueta.

Una pareja pasea por la zona de Triana, en Las Palmas de Gran Canaria
Una pareja pasea por la Plaza del Pilar Nuevo, en Vegueta

Si su opción siguen siendo las zonas comerciales abiertas, permítanos entonces que nos dirijamos hacia la siguiente parada, la calle Mesa y López y su entorno urbano, sinónimo de ir de compras en Gran Canaria desde hace décadas y a pocos minutos a pie de la playa de Las Canteras, la dorada columna vertebral de la ciudad. Como puede ver, aquí conviven las primeras marcas mundiales con el comercio local de toda la vida, un ejemplo  más del carácter cosmopolita pero al mismo profundamente insular y con sello propio de Las Palmas de Gran Canaria.

¿Cómo dice? ¿Que si también hay una buena oferta de centros comerciales en la capital? Ni se lo imagina. Empecemos aquí, frente al Atlántico, cerca de donde las olas rompen junto al Auditorio Alfredo Kraus. Aquí se levanta también el Centro Comercial Las Arenas, uno de los buques insignia del sector en la Isla situado en uno de los extremos de Las Canteras.

Ramblas de Mesa y López en Las Palmas de Gran Canaria, en la isla de Gran Canaria
Surferos en la orilla de La Cícer, en la playa de Las Canteras, junto al Auditorio Alfredo Kraus

Pero la ciudad no termina junto al mar. Serpentea tierra adentro, llena de vida y, por supuesto, de más opciones para los compradores y compradoras, busquen lo que busquen. Aquí, en el lugar en el que la ciudad mira a la costa desde las alturas, se alza el Centro Comercial Siete Palmas.

Dejamos atrás la ciudad. Vamos hacia el Sur y en el camino surgen otros dos sorprendentes mundos para los amantes del shopping. A un lado emerge el Centro Comercial El Mirador. Subamos. Verá que hace verdadero honor a su nombre. Lo mismo ocurre con su vecino, el Centro Comercial Las Terrazas, el gran reino del ‘outlet’ donde se respira la brisa marina mientras hacemos un recorrido por sus locales. A poco más de veinte minutos por carretera, y en la misma dirección, nos sale al encuentro el Centro Comercial Atlántico, en Vecindario. Y, sin variar el rumbo, siempre en dirección Sur, nos sale al paso el Centro Comercial El Tablero.

Una pareja está sentada tomando una cerveza en una terraza en el paseo de Meloneras

Como todavía le quedan regalos que hacer (o que hacerse), vamos a seguir nuestro recorrido por el corazón del Sur, donde hay mucho más que arena, sol y estrellas de mar y cielo. Podría decirse que Maspalomas cuenta también con un oasis comercial gracias a la presencia del Centro Comercial Boulevard El Faro, donde a nadie le extrañaría ver al propio Neptuno pagando con tarjeta de crédito en alguno de los más de cuarenta negocios de la zona. El océano del Sur extiende su manto azul a escasos metros. Un regalo que no le va a costar nada, pero que no tiene precio.

En Playa del Inglés destacan las cuatro plantas por las que se distribuyen los doscientos comercios entre tiendas, bares y restaurantes que dan vida al Centro Comercial Yumbo. Gran Canaria también es infinita a la hora de ir de compras. Esta ruta se prolonga hasta el Puerto de Mogán y se complementa con una variada oferta de mercadillos en los distintos municipios. La felicidad quizás no se pueda comprar, pero comprar y descubrir artículos bajo el sol es un modo de disfrutar de la vida.