El rincón de Agüimes al que nos acercamos hoy tiene un nombre que puede resultar vulgar para el desconocido. Es la acogedora Playa del Cabrón, cuya denominación realmente hace referencia al macho de la cabra. Es éste el ganado con mayor número de cabezas en Gran Canaria, más de 100.000, siendo Agüimes uno de los municipios en el que se asientan muchas de las explotaciones ganaderas tradicionales. La gastronomía local de la zona ofrece buena muestra de carnes de cabra, cabrito y baifo que son muy apreciadas por los entendidos en gastronomía.
Pero hablemos del Mar. Desde la Playa que hoy elegimos para nuestro paseo por Gran Canaria podrá encontrar el faro de Punta de Arinaga, que se alza elegante y vistoso.
El faro se construyó siguiendo las directrices de un proyecto de Juan de León y Castillo. Aunque el que vemos hoy no es realmente la construcción original, y el uso del faro ya no es tan elemental como lo era antes, sigue siendo necesario para ubicar la costa durante la noche.
Y es que un vigía no puede despistarse ni un momento para evitar accidentes, así como un explorador viajero no puede dejar de visitar este rincón. La isla merece la visita en sus 360 grados, y es que vigía, faro y explorador tienen mucho en común, no es deseable dejar ni un solo rincón sin explorar.
Esta playa perteneciente al municipio de Agüimes se encuentra en una zona eminentemente llana, en la que destaca La Montaña de Arinaga de 199 metros de altura, declarada monumento natural. Posiblemente el primer accidente que tuvo ese nombre y que delegó después a todo el territorio.
Arinaga es el topónimo que da nombre a esta costa del municipio de Agüimes, en la desembocadura del Barranco de Balos.
Durante la historia, en este rincón costero de Gran Canaria se ha recogido una larga lista de valores naturales que, aunque a primera vista no todos apreciaran, se sabe que le pertenecen. Es una zona protegida que precisa de conservación por el interés natural y paisajístico. Su notable valor ecológico se da en la tierra y en el mar, ya que los fondos de este enclave presentan una riqueza en biodiversidad llamativa y una amplia variedad de peces.
Es una zona ideal para la práctica del submarinismo y para quien se adentre podrá toparse sin mucha dificultad con la Estrella de Mar (Narcissia canariensis), una de las estrellas escarlatas más bellas de Canarias. Por las zonas donde hay algas abundan las Viejas y en las zonas de rocas se lucen los Meros, o se esconden el Pulpo o La Morena, entre otras especies…
Para los que no se sumergen en el océano, recomendamos el paseíto hasta el Faro, un baño en la acogedora playa que no llega a los 300 metros de longitud o un paseo por los entrantes y salientes, cuevas y socavones de la costa por los que entra y salpica el mar puede ser suficientemente placentero. Mantenga el lugar limpio y disfrute del entorno, que el vigía del este contempla silencioso pero siempre atento.