“Hubo en tiempo en que vivía despistado. Corriendo todo el rato. Corriendo para llegar a no sé dónde. Pero eso fue hace tiempo y ahora vivo en Agaete.
Es un lugar pequeño. Sí, claro. Pero es así adrede.
Es un refugio perfecto para los que eligen parar de correr. Un lugar hecho a medida para los que quieren bañarse en el mar el día del año que a uno le dé la gana. Y tomar el sol en la pequeña playa del puerto o en las piscinas de Las Salinas. Y comer pescado y papas arrugadas y beber vino, con la ropa de ir a pescar. Y por la noche andar de tertulia con los parroquianos o con los turistas que vienen a descansar al hotel, o tomando café con leche oyendo los grillos.
Ya sabe. Ese tipo de cosas.
Yo elijo vivir aquí, pero porque me gusta a mí. Los habrá que prefieran tener un helicóptero que los lleve volando al Consejo de Administración. O un coche que tenga botones para jugar a piloto de carreras. Oye, que cada uno viva como quiera.
Yo prefiero tener atraque en el Puerto de las Nieves. Para salir a pescar el día que haga bueno (muy a menudo por cierto). Y volver por la tarde a puerto, con el enorme acantilado de fondo, acompañado por las gaviotas que bailan por el viento de izquierda a derecha, como un compás del piano. Eso es lo que me gusta a mí. Pero bueno. Que cada uno viva como quiera.
Agaete es también un lugar de vacaciones. Para los que quieren respirar y que los dejen tranquilos. Un lugar tranquilo, salvo los días de fiesta, porque oye... los días de fiesta son un paréntesis. El pueblo se nos revoluciona los días de domingo. Y mejor así, que sólo se vive una vez. Y que cada uno viva como quiera.
Eso opino yo. Que cada uno viva como prefiera. Yo igual me quedo por una temporada más por aquí, viviendo en Agaete"