La particularidad de este "observatorio natural", situado a 412 metros sobre el nivel del mar, es que se instaló dentro de lo que fue el cráter del volcán de la Montaña de Arucas. Este cono piroclástico de unos 300.000 años aproximadamente, poseía en su cima un cráter circular de poca profundidad, que se rellenó en los años cincuenta del siglo XX para construir un bello mirador y un restaurante. Fue Manuel Fraga Iribarne, Ministro de Turismo durante la dictadura franquista, quien propuso a los Marqueses de Arucas, propietarios de estos terrenos, que habilitaran la Montaña para su uso turístico, y así evitar su expropiación.
Desde la Prehistoria el ser humano se ha asentado en la Montaña de Arucas. El poblado prehispánico se denominaba Arehucas (según se cita en las Crónicas de la Conquista de Canarias), que podría traducirse, como el lugar de la cresta o de la trenza, en alusión a la propia montaña. Este poblado que data al menos, del siglo IV d.C., se establecía en la falda Sur, Suroeste y Sudeste de la montaña. Las viviendas de los antiguos aruquenses eran cuevas naturales, cuevas artificiales y casas de piedra seca.
El Ayuntamiento de Arucas aprobó la instalación de la actual cruz realizada en piedra azul de Arucas, donada por varias empresas del sector de la cantería del municipio, para sustituir a la anterior cruz de madera, que fue instalada el 31 de diciembre de 1899 sobre el basamento de piedra que aún se conserva, cuando ésta fue destruida por la Tormenta Tropical Delta en noviembre de 2005.
La montaña cuenta con cuatro miradores de cantería, orientados hacia los cuatro puntos cardinales. Le invitamos a continuar su paseo por el resto de miradores.