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Blog Oficial de Turismo de Gran Canaria

Llanura y Roque Nublo

Gran Canaria protege el Roque Nublo

Las visitas al Monumento Natural de Gran Canaria se podrán realizar tras una reserva previa.

Cada lugar del mundo tiene una imagen que lo identifica, una fotografía o ese recuerdo que nos queda cuando estamos lejos y rememoramos el sitio donde un día fuimos felices. En Gran Canaria ese lugar podría ser el monumento natural del Roque Nublo, para quienes nos visitan y también para quienes viven en la isla. Siempre está delante de nuestros ojos cuando subimos a la Cumbre, o cuando miramos desde Tejeda o Artenara.


Roque Bentayga visto desdel Mirador Degollada d

El Mirador de Degollada Becerra, una gran ventana a un paisaje único en Gran Canaria

El centro de visitantes de Degollada Becerra abre sus puertas al público. 

Ubicado en plena Reserva de la Biosfera, en el entorno del Mirador de Degollada de Becerra, este Centro de Visitantes abre sus puertas al público para ofrecer una experiencia única: un viaje a través de la historia geológica de la isla, acompañado por una de las vistas panorámicas más espectaculares que ofrece la cuenca de Tejeda. Este enclave privilegiado invita a contemplar dos majestuosos monolitos de origen volcánico, conocidos como “Guardianes e hijos del volcán”: el Roque Nublo y el Roque Bentayga.


Roque Faneque, Agaete, Gran Canaria

Faneque, el gigante frente al océano

El Roque Faneque, en la costa noroeste de Gran Canaria, es uno de los acantilados más altos del mundo y el guardián de una gran biodiversidad.

El gigante se asoma al Atlántico desde una altura superior a los 1.000 metros. Su mirada cae en picado sobre el mar junto al vuelo de pardelas, gaviotas y petreles. Solo él sabe qué es lo que mira absorto desde hace millones de años. Puede que simplemente busque su propio reflejo sobre las aguas que empapan sus pies de piedra. Este orgulloso y rocoso titán es el acantilado más alto de Europa y uno de los mayores del mundo. Pero junto a su inevitable altivez, el Roque Faneque transmite también la calma nostálgica propia de los hijos del paso del tiempo.