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Blog Oficial de Turismo de Gran Canaria

Atardecer en el Roque Nublo

Luces y susurros en las alturas de Gran Canaria

Habito en esta cima desde hace millones de años. Lo sé porque llevo la cuenta de los soles y las lunas. Soy hijo del tiempo y de un viejo volcán que ya no está. El viento, el sol, la lluvia y el paso de los días me han convertido en lo que soy: el príncipe y vigía de un reino de piedra. Pero no estoy solo. Los pinares y rocas que me acompañan en estas alturas dan cobijo a seres que parecen hechos con esa misma luz que empieza a retirar su velo. Por eso aquí los lagartos son de oro, esmeralda y zafiro.


Mirador del Balcón

Gran Canaria a vista de dragón

El Mirador del Paso de Marinero o del Balcón ofrece vistas extraordinarias a la Gran Canaria más salvaje y también a las estrellas.
 
El silencio, rasgado tan solo por el viento que se encarama desde el océano a la cima del acantilado, reina en estas alturas. Nadie quiere interrumpir el sueño del dragón, que permanece dormido desde hace millones de años. En realidad, la gente suele quedarse sin palabras cuando llega al Mirador del Paso de Marinero o del Balcón de La Aldea, en la costa oeste de Gran Canaria, rematada por una sucesión de picos montañosos que se precipitan hacia el mar y que se asemejan en efecto a la cola de un durmiente titán mitológico.