Gran Canaria se viste de púrpura

Las flores de la salvia canaria tapizan amplias áreas de la cumbre, como el Montañón Negro, y otras zonas de la isla.

La camaleónica Gran Canaria cambia de color constantemente. Las flores de la salvia canaria visten ahora de púrpura decenas de barrancos y laderas. Es un traje de gala vistoso y largo, que comienza prácticamente en la costa y se despliega hasta los 1.800 metros de altitud. Su vistosidad queda realzada sobre el fondo negro que aporta la ceniza volcánica de las faldas del Montañón Negro, uno de los volcanes más jóvenes de la isla.

Montañón Negro

La salvia canaria combina delicadeza y resistencia. Los tallos y el envés de las hojas de este arbusto están recubiertas de una suave vellosidad que atrapa la humedad y le permite aguantar los periodos de sequía y regalar la belleza de su floración incluso en lugares de Gran Canaria donde la lluvia escasea durante todo el año. 

Salvia en la Cumbre de Gran Canaria
Salvia en la Cumbre de Gran Canaria
Salvia en la Cumbre de Gran Canaria

Esta adaptabilidad explica su amplia difusión. Su versatilidad se aprecia también en la variedad de la coloración de sus flores, que abarcan desde el blanco al rosa o los tonos violáceos de mayor o menor intensidad. Este hecho guarda relación directa con las propiedades del suelo y de las condiciones climáticas de la zona en la que se localice. La misma planta, distintos vestidos. Como un guiño a la esencia y generosa biodiversidad de Gran Canaria.

Tamadaba

El brillo surge en ocasiones de la oscuridad. La salvia canaria es un ejemplo de ello. Sus semillas son negras, oscuras como el manto del Montañón Negro o del suelo que tapiza amplias zonas del Pinar de Tamadaba o las proximidades de Artenara. Su aroma y colorido atrae a las abejas en vuelos que terminarán dando lugar a mieles que condensan el paisaje. Su poder de atracción atrapa también la mirada de quien las encuentra en su camino.

Montañón Negro

La raíz latina de su nombre remite a la salud. Y esto es mucho más que un aspecto puramente lingüístico. La tradición ha atribuido a la planta múltiples propiedades curativas y antisépticas, con infusiones contra la fiebre o para mejorar la digestión y las úlceras, así como para curar heridas en la piel o aliviar los pies doloridos. Observarla  sana y colorea las zonas grises.