Las Palmas de Gran Canaria, ciudad nómada

Las Palmas de Gran Canaria se ha consolidado como uno de los principales destinos europeos para nómadas digitales al reunir gran parte de los atractivos que buscan.

Maria Sirotkina nació a la orilla del río Sura, en la ciudad rusa de Penza, donde el termómetro raras veces supera de noviembre a marzo la gélida frontera de los cero grados. Maria ha cambiado aquella belleza helada por la amabilidad climática de Las Palmas de Gran Canaria.

María Sirotkina
María Sirotkina

Aquí dirige un coworking y un coliving, Restation, uno de los múltiples proyectos que contribuyen a situar a la capital insular como un lugar destacado en el mapa europeo de los nómadas digitales, es decir, trabajadores remotos que realizan su labor desde cualquier parte del mundo y que eligen vivir durante largas temporadas en sitios atractivos y caracterizados por su calidad de vida. Dos definiciones que se ajustan como un traje a medida a Las Palmas de Gran Canaria.

María Sirotkina en el co-working que dirige

Maria fue, en cierto modo, una adelantada al fenómeno de los nómadas digitales. “Viví durante una temporada en Moscú y posteriormente viajé durante ocho años sin saber que era una nómada digital, porque se trata de un término relativamente nuevo”, comenta. Tras cursar un MBA en Madrid, una nueva luz, como un faro, se encendió en su destino en pleno Atlántico: eran las luces de Las Palmas de Gran Canaria.

Las Palmas de Gran Canaria

“Entre muchos sitios posibles en el mundo elegí Las Palmas de Gran Canaria para montar mi negocio por muchos factores, entre ellos la playa, el entorno natural o la buena conectividad con Europa”, factores primordiales para los nómadas digitales junto a la buena conexión a la red, el carácter cosmopolita, la amplia y creciente oferta de espacios de coworking y coliving, el estilo de vida tranquilo, el talante amable de la gente, la excelente relación entre la calidad y los precios, la gastronomía o la intensa oferta cultural, de ocio y de actividades al aire libre.

La confluencia de estos elementos ha convertido a Las Palmas de Gran Canaria, una ciudad donde bulle la vida del mismo modo incesante con el que arriban las olas a la Playa de Las Canteras, en un punto destacado en el universo de los nómadas digitales. El imán atrae sobre todo a europeos, pero su influjo llega incluso a nómadas estadounidenses y asiáticos.

La Cícer, Playa de Las Canteras

Sirotkina añade que “la mayor parte de los sitios no puede ofrecer una playa urbana. Además, en el caso de Las Palmas de Gran Canaria ya existe una comunidad de nómadas digitales, personas que ya viven aquí y conocen la ciudad. Por lo tanto, a todos los que van llegando les resulta muy fácil enchufarse y sentirse como en casa, porque además se trata de un sitio muy acogedor. Muchas personas regresan, traen a sus amigos y, así, la comunidad va creciendo cada año más y más”.

María Sirotkina

Maria, la nómada que fue nómada antes incluso de que se acuñara el término, tiene claro qué distingue a los integrantes del colectivo. “Viajan de forma distinta y se trata de personas que quieren formar parte de la comunidad. No se encierran en casa. Quieren socializarse y conectar con otra gente”. Estos ‘neo-viajeros’ o ‘neo-turistas’ son capaces de crear ecosistemas de trabajo colaborativo a su alrededor y de divulgar conocimiento, erigiéndose por lo tanto en un elemento enriquecedor.

Nacho Rodríguez

Esto lo sabe bien y lo subraya Nacho Rodríguez, creador del Nomad City Gran Canaria, evento anual dirigido a trabajadores y trabajadoras remotas que nació de manera casi improvisada en 2016 al calor de auge del fenómeno de los nómadas digitales. Mientras prepara un café en la sala principal de Coworking Canary Islands, en la calle Montevideo de Las Palmas de Gran Canaria, este emprendedor local destaca que los nómadas digitales “son muy activos a nivel cultural y social. Están en contacto con múltiples cosas y resultan muy interesantes tanto a nivel personal como profesional”.

Nacho Rodríguez

Nacho estudió en Estados Unidos, concretamente en Boston, y pasó después una temporada en Alemania antes de regresar a su ciudad natal “con la mente abierta”, según recuerda. “Echaba de menos esa conexión con la gente de otros sitios, que te enriquece muchísimo”, dice. Y, de pronto, el mundo nómada tocó a su puerta y él no se lo pensó dos veces para subirse a lomos de un caballo que galopa.

Nacho Rodríguez

Para él, su coworking “significó empezar un proyecto de comunidad y crecer junto a ella”, explica al mismo tiempo que un polaco y un australiano se aplican a su tarea de trabajadores remotos en sus puestos personales. Rodríguez destaca que los nómadas digitales “rompen con la imagen preconcebida” del turismo de sol y playa. “Nosotros quizás lo demos por hecho, pero Las Palmas de Gran  Canaria es una ciudad con una gran actividad, que no para”. Además, la isla en su conjunto, con su casi inagotable variedad de microclimas, paisajes y paisanajes, completa un entorno ideal para estos viajeros y trabajadores del siglo XXI. Los nómadas de todas las orillas han encontrado su oasis.