5 hitos que hacen de Gran Canaria una joya de la humanidad

Gran Canaria es uno de esos lugares privilegiados que acumulan tesoros arqueológicos, etnográficos, artísticos y naturales de relevancia mundial.

Hay lugares que destacan por su naturaleza. En otros luce con especial intensidad su legado histórico o artístico. También existen sitios reconocidos mundialmente por algunas de sus tradiciones. Y hay, finalmente, territorios que parecen reunirlo prácticamente todo. Gran Canaria forma parte de esa selecta lista de espacios que brillan con luz propia en el despliegue de maravillas de la humanidad. 

1. Los 1.000 destellos del ayer
El pasado sigue haciendo sonar su voz en el presente. Lo hace a través de los 1.100 yacimientos arqueológicos documentados en Gran Canaria, un legado de la antigua población aborigen que supone una de las mayores densidades de este tipo de manifestaciones en España. Esta huella se percibe claramente en la cumbre insular y más concretamente dentro los límites del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, ámbito declarado Patrimonio Mundial por parte de la Unesco. Este espacio acumula, por ejemplo, más de un millar de inscripciones rupestres de triángulos púbicos femeninos, una de las concentraciones más importantes del planeta de este símbolo universal de la fertilidad y, en definitiva, de la vida.

Risco Caído

2. La profunda huella humana sobre la isla
El ser humano siempre deja su huella y un aliento que sigue propagándose por el tiempo. El aire que respiramos es el mismo que respiraron las anteriores generaciones. Y también ellas tuvieron sus miedos y sus sueños. En el caso de Gran Canaria, la adaptación al medio se traduce actualmente en un catálogo con más de 10.000 bienes etnográficos relacionados con el agua, la agricultura y la ganadería o la arquitectura en sus más diversas representaciones. Solo un dato: la isla posee más de 4.500 bienes patrimoniales hidráulicos inventariados, aunque en la práctica  serían muchos más, lo que la convierte igualmente en una de las zonas de España con mayor densidad de elementos propios de la ingeniería y la agricultura del agua. Además, la isla cuenta con más de un centenar de elementos y espacios declarados Bien de Interés Cultural.

Molino de Agua de Firgas

3. Mirar a las estrellas como mil años atrás
Al inicio de cada primavera, suceda lo que suceda fuera de la cueva y en el mundo conocido, la luz del sol se adentra en el marcador astronómico de Risco Caído, en la cumbre de Gran Canaria, y deja constancia del paso del tiempo, de las estaciones y de la propia vida. La continuidad de la humanidad, por lo tanto, se constata y se escribe con rayos de sol y luces de luna en el interior de una cavidad de la cumbre de la isla. Aquellas antiguas sociedades vivían en cuevas, pero miraban a las estrellas y los astros y convirtieron las alturas insulares en un punto de encuentro con el infinito, hace ya más de mil años. Hoy en día este diálogo entre la humanidad y las estrellas sigue encontrando un canal ideal en Gran Canaria gracias a la declaración de sus cielos como Destino Starlight, certificación otorgada tras un intenso trabajo para medir los parámetros que definen su calidad desde el punto de vista astronómico y tras llevar a cabo un estudio de las posibilidades que el territorio ofrece para desarrollar las actividades de astroturismo y divulgación de la astronomía.

Bentayga

4. Flores atlánticas en el jardín de la humanidad
La humanidad tiene un jardín de flores atlánticas. Y debe cuidarlo. Por eso la Unesco protege casi la mitad de la superficie de Gran Canaria bajo el manto de la Reserva de la Biosfera, figura que reconoce y ampara la gran diversidad de microclimas y paisajes de la isla y las particularidades biológicas que llevan aparejadas. Gran Canaria alberga más de un millar de especies autóctonas vegetales canarias, de las que casi trescientas son endémicas de Canarias y casi un centenar tan sólo se dan en el territorio insular. La belleza y la singularidad de la isla vuela también a través del pinzón azul y se mueve con la parsimonia y majestuosidad de un lagarto gigante.

Jardín Botánico Viera y Clavijo

5. Mensaje en una botella por los mares del mundo
Cada día llegan millones de olas a las costas de Gran Canaria. Pero la isla también ha sido capaz de lanzar sus propias oleadas de genio al mundo entero. Lo ha hecho en la voz de Alfredo Kraus, uno de los tenores más sobresalientes del siglo XX. También lo ha logrado con las espirales de hierro del escultor Martín Chirino o las arpilleras del pintor Manolo Millares, presentes en algunas de las mejores colecciones de arte públicas y privadas del mundo. Y ha escrito mensajes que han llegado a múltiples orillas. Los poemas de Josefina de la Torre o las novelas de Benito Pérez Galdós, uno de los grandes escritores europeos del siglo XX, son como cartas en el interior de una botella que sigue flotando por los mares de la humanidad. Y hasta estos renglones finales arriba por cierto un pensamiento galdosiano que iluminará cualquier estancia de nuestra casa en estos momentos: “Nuestra imaginación es la que ve y no los ojos”.

Auditorio Alfredo Kraus