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Blog Oficial de Turismo de Gran Canaria

Los Berrazales

Siglos de sol, café y vinos

La Finca La Laja es una clara muestra de la generosidad y riqueza paisajística del Valle de Agaete, en Gran Canaria.

En lo alto, en los riscos de Tamadaba, despuntan los pinares y el agua que rezuma de la piedra resplandece como un espejo o una lámina de plata bajo el sol. Unos mil metros más abajo, al pie del macizo, en la Finca La Laja, en el corazón del Valle de Agaete (Gran Canaria), Víctor Lugo, miembro de la quinta generación de una familia cuya historia se entremezcla bajo el suelo del lugar con las raíces de los árboles centenarios, invita a tomar de sus manos los pequeños frutos que acaba de coger de los cafetales que crecen a la sombra de los naranjos y viñedos y la escolta de un jardín tropical de mangos, aguacates y guayabos.


Mirador de Unamuno, Artenara

Artenara, punto y seguido en la eternidad

Artenara, en la Cumbre de Gran Canaria, mantiene viva una tradición única ligada al corazón mismo de la roca volcánica y de una pureza cada vez más difícil de encontrar.

El pintor Miró Mainou buscaba la verdad en la luz. Quizás por eso mismo decidió anclar su nave durante más de una década en Artenara, donde la vida se dibuja a diario sobre un lienzo de calmas y transparencias, el escenario de costumbre en un pueblo que habita en la frontera entre el abismo de una colosal cuenca volcánica y las puertas del cielo. Aquí, por lo tanto, se iluminaron los pinceles de Mainou, Premio Canarias de Bellas Artes, que retrató con claros y sombras la esencia de un paisaje en obras como ‘Cumbre’. Hoy en día, un mural realizado por alumnos y alumnas de la Escuela de Arte Superior y de Diseño de Gran Canaria recrea la obra en la fachada de la casa en la que vivió el artista entre 1977 y 1989.


Atardecer desde el Parador Cruz de Tejeda

Lecciones de vida en la Cruz de Tejeda

La Cruz de Tejeda, en Gran Canaria, es un epicentro geográfico e histórico donde se escucha la voz interior de la isla.

“Hay que ponerle buena cara a la vida”. Manuel Ortega nació en el seno de una familia que se ganaba el sustento cultivando la tierra, cuidando de un breve ganado de ovejas, cabras y alguna vaca y trabajando en galerías de agua de la cumbre de Gran Canaria. Y quizás por ello su conversación fluye como un manantial. “Yo gozo hablando con la gente”, reconoce Manuel mientras acaricia el lomo de su noble y cuadrúpedo compañero, Bartolo, un burro introvertido y manso cuyo trabajo es pasear a quien quiera por el entorno de la Cruz de Tejeda, un cruce de caminos y epicentro geográfico, turístico, histórico y en cierto modo sentimental de la isla situado por encima de los mil quinientos metros de altura que se asoma a una asombrosa cuenca volcánica.


Valleseco

El tiempo se detiene en Valleseco

Valleseco, en el corazón verde de Gran Canaria, envuelve al visitante en un manto de naturaleza, tradiciones y sabores.

Valleseco se despereza al alba y se arrulla en la noche con un rumor de aguas. Los lavaderos, los vestigios de viejos molinos, las galerías y las acequias componen un espejo donde se mira y se reconoce un municipio que despliega cada mañana un inmenso muestrario natural donde se puede comprobar que existe una cantidad aparentemente infinita de tonalidades del color verde.


Barranco de Los Cernícalos

Los Cernícalos, camina con el agua

El Barranco de los Cernícalos, en Gran Canaria, te adentra en el lado más natural y misterioso de la isla.

Presta mucha atención, porque estamos a punto de entrar en uno de esos parajes que nos hacen sentir que vagamos por un mundo perdido que, sin embargo, está mucho más cerca de lo que pensamos. Sí, escucha y mira atentamente, porque cada piedra, cada planta y cada trino de pájaro tienen una historia que contar. Caminar por el Barranco de los Cernícalos, en la vertiente este de Gran Canaria, nos adentra en el lado más natural de la isla y nos sitúa, cara a cara, frente a su rostro más ancestral y salvaje.


Retama blanca en el Barranco de San Miguel

Magia blanca en Gran Canaria

La floración invernal de la retama blanca canaria supone uno de los grandes ‘trucos’ de la naturaleza en Gran Canaria.

Alguien parece haber tendido un manto blanco que cubre durante el invierno barrancos y laderas de Gran Canaria. La misteriosa escarcha es sin embargo el resultado del espectáculo que regala durante la estación la floración de la retama blanca canaria, un arbusto de hasta tres metros de alto cuyas aromáticas flores son las protagonistas indiscutibles de esta función invernal que se representa en múltiples escenarios naturales de la isla con entrada libre y gratuita.


Javier Fernández, patinador español, en las Dunas de Maspalomas

“Gran Canaria te regala momentos y paisajes únicos”

Javier Fernández, uno de los mejores patinadores europeos de todos los tiempos, ha descubierto las mil y una caras de Gran Canaria.

La mirada de profunda concentración de Javier Fernández, el mejor patinador español de la historia, emite un destello de acero mientras se pierde en un lugar que sólo él conoce. En su interior, mientras, arde una gran pasión. Los focos y el público siguen sus precisos movimientos sobre la pista, por la que se mueve con la misma elegancia y gracilidad de un cisne sobre las aguas del lago. Javier es a la vez artista y deportista y cuando actúa deja su firma sobre el hielo, escrita con las afiladas hojas de las cuchillas sobre la superficie congelada. Suena una ovación. Nunca es una más. La última siempre es la más importante.


Solsticio de Invierno. Roque Bentayga y Roque Nublo

La luz del invierno entra en escena

El solsticio de invierno provoca un espectáculo de luces y emoción en la cumbre de Gran Canaria.

El día más corto del año empieza en realidad la noche anterior, con un manto de estrellas cubriendo el escenario antes de que comience la función. Bajo el pronunciado escarpe de la Mesa de Acusa, un abismo de tiempo y viejas erupciones grabadas en el paisaje, se expande el patio de butacas y el público, esta vez el objetivo de una cámara fotográfica que apunta hacia el lugar por el que aparecerá la verdadera protagonista del solsticio de invierno en la cumbre de Gran Canaria: la primera luz invernal.


Montañón Negro

Rostros del paisaje de montaña

La celebración del Día Internacional de las Montañas recuerda la riqueza de los paisajes de altura de Gran Canaria.

Gran Canaria hunde sus pies en el Atlántico. Pero su cabeza busca y encuentra el cielo. El 11 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Montañas, una fecha que permite recordar que las cumbres y montes de la Isla esconden mil y un secretos por descubrir para cualquiera que quiera llevarse una fotografía completa del territorio insular.


Agaete

Gran Canaria, el lienzo perfecto

La gama de tonos ocre y anaranjados, o de puro bronce, definen y dibujan algunos de los rasgos esenciales de Gran Canaria.

Gran Canaria a veces se esconde. Entonces hay que ir a buscarla, por ejemplo en el fondo de valles pétreos, casi ignotos y ajenos a los senderos más transitados. Este juego del escondite concluye en alguna ocasión cerca de un puente de piedra del siglo XVIII, en un tramo del barranco de Barafonso donde, de pronto, las piedras rayadas se tornan de color naranja. Este colorido y angosto cañón de cenizas volcánicas y erosionado por el agua durante miles de años también forma parte del misterio de la isla infinita.