Nuestra visita por el casco histórico de Valsequillo durará aproximadamente una hora.
Antes de comenzar la ruta le invito a conocer un breve apunte sobre su historia…
Historia
La historia de Valsequillo está vinculada estrechamente a dos de los principales valores naturales que caracterizan a este municipio: la abundancia de agua y la fertilidad de sus tierras. En la época prehispánica su población se repartía a lo largo de cuevas situadas en las vertientes del Barranco de San Miguel y se sabe que cuando los conquistadores castellanos llegaron a este lugar, a finales del siglo XV, decidieron tomar su territorio precisamente por la riqueza “en aguas, fruta y miel”.
Valsequillo fue una zona importante para los antiguos pobladores de la Isla por ser santuario o lugar de oración de los líderes religiosos indígenas del denominado Faycanato de Telde, municipio al que perteneció Valsequillo hasta comienzos del siglo XIX.
Finalizada la Conquista de Gran Canaria, los nuevos pobladores se fueron repartiendo la propiedad de las tierras y de las aguas e impusieron el modo de vida del Antiguo Régimen al margen de las tradiciones de los aborígenes. Así fue creciendo Valsequillo, de forma paulatina, con la llegada posterior a este lugar de gentes de distinta procedencia, que fueron ocupando los diferentes núcleos de población y caseríos repartidos entre altitudes que oscilan entre los 300 y los 1.800 metros sobre el nivel del mar.
En el año 1800, las autoridades eclesiásticas de la época crearon la parroquia de San Miguel Arcángel con lo que Valsequillo dejaba así de depender religiosamente de la parroquia de San Juan Bautista de Telde. Dos años más tarde, el día 12 de marzo de 1802, se celebró la constitución del municipio de Valsequillo de Gran Canaria, lo que supuso su independencia jurídica y administrativa de la vecina ciudad de Telde.
Valsequillo casco
Le recomiendo que al llegar aparque su coche en cualquier lugar cercano a la Iglesia de San Miguel Arcángel y visite la Oficina de Información Turística, situada en la calle que sube justo a la derecha de esta iglesia. En ella encontrará todos los datos de interés del municipio y una muestra de su artesanía y de su gastronomía, cuyos protagonistas son los magníficos quesos artesanales y la preciada miel. Si tiene interés por las tradiciones agrícolas o ganaderas del lugar, no dude en preguntar por las visitas agropecuarias. Y si su llegada coincide en domingo dispone de la posibilidad de acercarse al mercadillo agrícola.
Iniciamos ahora la ruta a pie por el casco histórico de Valsequillo con una breve parada en el Mirador de la calle Sol, situado muy cerca de la Oficina de Información Turística. Sólo debe subir por esta misma calle unos 150 metros. Desde esta fantástica balconada natural se contemplan unas vistas panorámicas al barranco de San Miguel, que representan un botón de muestra de la belleza del paisaje que caracteriza a este punto de la Isla. El panel de información allí situado le explica todos los puntos que podrá divisar desde este lugar sobre el que se asienta el núcleo central del pueblo.
Tras disfrutar de las vistas el propongo ahora que regresemos a la plaza de San Miguel Arcángel, patrón del municipio, situada a escasos metros del mirador.
En el pequeño tramo hasta llegar a la plaza podrá admirar elegantes casas de estilo mudéjar, construidas en piedra con techumbre de tejas, que datan del siglo XVII, además de viviendas de estilo neoclásico, en su mayoría de finales del XIX y comienzos del siglo XX.
Plaza de San Miguel
Además de los dos imponentes laureles de indias, en la plaza descubrirá la escultura dedicada a un perro, ubicada en uno de los laterales, que simboliza la importancia etnográfica que ha alcanzado en los últimos años la fiesta de la ‘Suelta del Perro Maldito’. Se trata de una celebración de carácter lúdico y participativo que cada 28 de septiembre, a las 12 de la noche, reúne en este espacio público a miles de personas para contemplar un espectáculo de luces, fuegos artificiales, acrobacias… en el que los propios habitantes de este pueblo –de gran tradición pirotécnica- escenifican la lucha entre el bien y el mal por el dicho popular de que el demonio, en forma de perro, siempre anda suelto por el pueblo en la víspera de San Miguel Arcángel.
Tras esta pequeña parada en la plaza, si le parece bien, entramos ahora en el interior de la iglesia. Tenga en cuenta que en la Oficina de Información Turística le abrirán este templo, puesto que sólo permanece abierto durante la celebración de misas.
Iglesia de San Miguel Arcángel
Esta iglesia se construyó entre en 1903 y 1923 sobre la primera ermita del mismo nombre que se levantó en este lugar durante la segunda mitad del siglo XVII. Posee un estilo ecléctico, mezcla de elementos arquitectónicos clásicos y góticos, con una planta compuesta por tres naves con cubiertas de bóveda de cañón en el centro y ojivales en los dos laterales.
La iglesia guarda en su interior tesoros de arte sacro entre los que sobresale su hermosa Pila Bautismal, que data de finales del siglo XV. Esta pieza, de procedencia sevillana, fue elaborada en barro cocido con una cubierta de cerámica verde que muestra motivos ornamentales animales y vegetales esculpidos a fuego con enorme precisión.
La pequeña escultura que representa a San Miguel El Chico es otra de las obras de valor artístico. Esta imagen, fechada en la segunda mitad del siglo XVII, se rescató de la ermita originaria del lugar y representa al patrón de Valsequillo en forma de guerrero que triunfa sobre la figura del demonio que aparece bajo sus pies en forma de dragón.
También destacan las esculturas religiosas creadas a comienzos del siglo XIX por el conocido artista canario Luján Pérez. La figura de San Miguel Arcángel que preside la iglesia es una obra singular pues se trata de una única obra conocida en la que el santo aparece sobre la figura de un perro a sus pies, que simboliza al demonio. Esta obra ubicada en el altar mayor la creó Luján inspirándose en la primitiva de San Miguel El Chico.
El edificio religioso exhibe además algunos cuadros de valor como el que representa a San Jerónimo, de origen desconocido y ya incluido en el inventario de 1889.
Una vez hemos admirado el interior de la iglesia le propongo que nos acerquemos a la Biblioteca Municipal Benito Pérez Galdós, ubicada junto al templo. Este centro público exhibe en su interior cinco esculturas de imágenes religiosas, declaradas Bien de Interés Cultural, que también poseen un gran valor histórico. Se trata de tallas de origen gótico-flamenco, realizadas en madera con una gran destreza técnica. El horario de apertura de este centro es de 8.00 y las 20.00 horas, de lunes a viernes. En los meses de verano y en navidades abre de 8.00 a 14.00 horas.
Al salir de la Biblioteca Municipal, me gustaría enseñarle el Cuartel de El Colmenar, situado en el Barranco de San Miguel. Para llegar, baje por la calle que está, mirando de frente la Iglesia, a la izquierda, donde encontrará un paseo peatonal que le conducirá directamente a El Colmenar. Si lo desea, allí le espero.
Cuartel de El Colmenar
Este conjunto arquitectónico fue construido en 1530 por los primeros conquistadores que llegaron Valsequillo en el siglo XVI para albergar una residencia temporal para tropas de caballería, vinculada a los militares castellanos que allí se asentaron. Son dos edificaciones de dos alturas con cubiertas a dos aguas de teja árabe entorno a un patio central. El edificio principal es una casona en forma de U que consta de dos plantas con un corredor de madera sobre pilares y un patio de armas en la parte central.
La planta baja del ala derecha la ocupaban las caballerizas, mientras que en la superior se alojaba la tropa. En el ala izquierda de hospedaban los mandos militares y también se guardaban los suministros.
Cabe destacar que el abuelo paterno del insigne escritor grancanario Benito Pérez Galdós, el Comandante de Armas de Milicias y Subteniente Antonio Pérez Gutiérrez, estuvo destinado en este albergue militar de Valsequillo. En la casa colindante al cuartel nació en 1784 el padre del novelista, Sebastián Pérez, que también ocupó un alto cargo militar de la época.
Una vez hemos visitado este lugar cargado de historia y declarado como Bien de Interés Cultural, le recomiendo una visita a la zona alta del municipio, concretamente a Tenteniguada, situado a unos cinco kilómetros del casco de Valsequillo. Para llegar hasta allí deberá tomar la misma carretera que lleva a El Comenar, concretamente la que une Valsequillo con San Mateo.
Tenteniguada
Tranquilidad, naturaleza y montaña. Estas son las principales características que definen a esta zona rural del municipio de Valsequillo donde aún se conservan tradiciones agrícolas y donde se concentra un buen número de artesanos. Unas magníficas vistas a la Caldera de Tenteniguada marcan el paisaje en este pequeño núcleo de población.
La calle principal de Tenteniguada se llama La Parada. Si le parece bien, podemos dejar el coche en un lateral de esta vía para dar un pequeño paseo. En esta misma calle, antes de llegar a una zona arbolada por pinos, nos desviamos andando hacia la derecha para descender por la calle San Juan donde se encuentra la Iglesia de San Juan, construida a comienzos del siglo XX, una hermosa edificación es de estilo tradicional canario.
El pueblo se sitúa a unos 800 metros sobre el nivel del mar y, nada más llegar, notará el aire puro que se respira. Aquí abundan los almedros, ciruelos, castaños, guindos... La tierra es muy fértil y está salpicada de plantaciones de hortalizas pero, sobre todo, de distintos árboles frutales.
Le recomiendo que pasee por estas calles en las que descubrirá pequeñas tiendas y bellos rincones, como los callejones del ‘Cuerno’ o el del ‘Chorro’, donde podrá admirar viviendas típicas de arquitectura tradicional canaria.
Dos kilómetros más adelante, por la misma carretera, encontrará el barrio de El Rincón de Tenteniguada, también con un paisaje espectacular, dado que se sitúa en la base misma de la Caldera de Tenteniguada. Desde allí divisará aún más de cerca los preciosos Roques, elegantes y esbeltos, que coronan esta zona del centro de la Isla.
Rutas de senderismo
Es importante mencionar que Valsequillo es punto de partida de las principales rutas de senderismo de Gran Canaria. Actualmente existen un total de nueve rutas señalizadas que comienzan desde el pueblo, en las que los amantes de la naturaleza disfrutarán de paisajes espectaculares, que van cambiando a medida que recorremos esta bella localidad de 39,15 kilómetros cuadrados de extensión.
Varias de las rutas que comienzan desde Valsequillo casco son: la que llega a la Caldera de Los Marteles, pasando por Tenteniguada y El Ricón; otra que lleva a San Mateo, pasando por la montaña de El Helechal y El Montañón; una tercera que alcanza el Barranco de Los Cernícalos, discurriendo por la Subida de Las Haciendas, en el barrio de Las Vegas, así como otra que llega a El Roque Saucillo atravesando El Colmenar Alto y El Rincón. Todas parten del centro del pueblo.
También merece la pena recorrer la denominada Ruta del Tajinaste Azul, cuyo nombre responde a una especie vegetal endémica y de gran belleza, cuya presencia en Valsequillo es muy abundante.
Y si me permite le recomiendo finalmente el espectáculo visual que representan los almendros en flor que salpican las zonas altas de Valsequillo, entre diciembre y febrero, sobre todo en Tenteniguada o El Rincón. De hecho, durante la primera quincena de febrero se celebran cada año en diferentes puntos de Valsequillo las populares ‘Fiestas del Almendrero en Flor’, en las que se organizan actividades culturales, lúdicas, gastronómicas o musicales. Y es que el árbol del almendro (conocido aquí como almendrero) representa uno de los símbolos del municipio al existir gran cantidad de ejemplares dispersos por sus diferentes núcleos rurales.
Yo me despido con esta última recomendación esperando que haya disfrutado de la visita. Le invito a que siga conociendo con nosotros otros rincones de Gran Canaria. Gracias y hasta pronto.