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Blog Oficial de Turismo de Gran Canaria

Plaza del Pilar Nuevo, Vegueta, Las Palmas de Gran Canaria

Calles con arte en Vegueta, casco antiguo de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria

En el barrio capitalino nos encontramos con calles unidas a la memoria de Saint-Saëns, Alfredo Kraus, Luján Pérez, Pérez Galdós o Néstor Álamo.

Hay paseos que nos llevan a lugares donde se gestó el arte o donde queda el recuerdo de alguien que sembró la belleza. El barrio de Vegueta, en Las Palmas de Gran Canaria, tiene arte, belleza e historia por todas sus calles, por sus museos, por su Catedral y por sus iglesias; pero también cuenta con recoletas calles en donde, si prestamos atención, casi reconocemos la presencia de quienes una vez caminaron por sus adoquines y sus aceras.


Tilos de Moya

Un día de cuento en familia en el bosque mágico de Gran Canaria, los Tilos de Moya

El accesible sendero circular de dos kilómetros de los Tilos es una opción ideal para disfrutar del misterio y frondosidad del área boscosa de la laurisilva, un bosque superviviente de la era terciaria.

Tú y tu familia pueden protagonizar hoy un cuento de hadas y duendes en Gran Canaria.  Este relato comienza en el cielo y tiene su epílogo bajo la arboleda, donde la vida ha encontrado un lugar propicio, anclado en el tiempo, y que se ha convertido en baluarte de la laurisilva en la isla. Esta clase de bosque ya existía antes de que ningún ser humano pisara la tierra y se ha refugiado en la Reserva Natural de los Tilos de Moya.


Playa de Guguy

Reserva de la Biosfera, todos los rostros de Gran Canaria

La magia de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria está envuelta por un rumor de naturaleza y latido humano. El espacio asoma, por un lado, a las mil caras del paisaje de la Isla. Los otros rostros del territorio no son metafóricos. Pertenecen a las mujeres y hombres que han dado fe de su estrecho vínculo con el medio a través de los vestigios de aprovechamientos rurales, caso de los hornos de cal, los hornos de brea o pez, las hoyas, carboneras y molinos. La vida reposaba literalmente sobre la naturaleza, como se mostraba en el uso de la pinocha, las hojas de pino caídas del suelo, para rellenar colchones y mullir el lugar de descanso del ganado.


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