Javier Fernández, uno de los mejores patinadores europeos de todos los tiempos, ha descubierto las mil y una caras de Gran Canaria.
La mirada de profunda concentración de Javier Fernández, el mejor patinador español de la historia, emite un destello de acero mientras se pierde en un lugar que sólo él conoce. En su interior, mientras, arde una gran pasión. Los focos y el público siguen sus precisos movimientos sobre la pista, por la que se mueve con la misma elegancia y gracilidad de un cisne sobre las aguas del lago. Javier es a la vez artista y deportista y cuando actúa deja su firma sobre el hielo, escrita con las afiladas hojas de las cuchillas sobre la superficie congelada. Suena una ovación. Nunca es una más. La última siempre es la más importante.