Gran Canaria
Gran Canaria
Gastronomía

Valsequillo

El pueblo del millón de fresas

El municipio de Valsequillo es uno de los pocos de la isla que no se asoma al mar. Pero sus vecinos, cuando miran lo que les rodea, disfrutan de un magnífico paisaje de montañas y pequeños valles en los que el verdor es el color dominante: el verde de la flora autóctona con un protagonismo especial de los tajinastes azules, o el verde de una agricultura que tiene en el cultivo de fresones su escaparate más llamativo.

Además, en su paisaje natural también destaca hoy un árbol que llegó de la mano del agricultor y protagoniza su fiesta más popular (el almendro), mientras que en el mundo rural la ganadería nutre unos quesos artesanos de exquisito bouquet. Y todo ello lo podemos regar con vinos de sus propios viñedos. ¿Qué más podemos pedir?

En el paisaje de Valsequillo destaca una ruta que, para disfrutarla en todo su esplendor, debemos hacer en el mes de abril. El nombre de tal recorrido ya nos lo dice todo: la ruta del tajinaste azul, o, dicho en términos geográficos, el sendero de Tenteniguada a la Caldera de los Marteles (o a la inversa, que tanto monta, monta tanto).

Valsequillo
Valsequillo

“Mientras subíamos… empezamos a encontrarnos un paraíso de la flora canaria. Nos llamó la atención la presencia de tajinastes de todos los colores”, escribió el botánico inglés David Bramwell, uno de los científicos que más ha estudiado las plantas de este archipiélago después de caminar por esta ruta.

Cuando la floración está en su apogeo, el zumbido de abejas y abejorros es tan intenso que apenas percibimos ningún otro sonido. Si unimos esa extraordinaria labor de recolección, con la que las abejas ya han hecho durante la floración de los almendros en los meses previos, da como resultado uno de los productos gastronómicos (además de la propia almendra y su repostería) más recomendados del municipio: sus mieles.

Los abejorros que hemos visto en ese sendero disfrutando de la ingente abundancia de flores en primavera (por cierto, de una especie autóctona: la Bombus canariensis), nos los volvemos a encontrar, pero ya como ganado controlado en las extensas plantaciones de fresas y fresones por las que es conocido este municipio, para que polinicen las flores en las plantaciones que practican una agricultura integrada.

Valsequillo
Valsequillo

También el chinche del tajinaste trabaja aquí, comiendo trips, el insecto que daña los fresones. Por eso, los de aquí «lucen lustrosos, con abejorros, abejas, tajinastes, ajos y las manos sabias de los agricultores velando por su calidad», en palabras del periodista Gaumet Florido, que con frecuencia recorre los campos de la zona.

Ya adivinamos que, llegados a este párrafo, tienen algunas preguntas: ¿ajos? Se plantan entre los fresones para ahuyentar algunas plagas. ¿Se pueden visitar los campos de fresones de Valsequillo? Claro, desde escolares de la isla a turistas alojados en hoteles realizan excursiones y el Ayuntamiento organiza visitas guiadas coincidiendo con algunas celebraciones o ferias. ¿Están buenos esos fresones? Venga a comprobarlo.